Autora: Katia Cruz Santiago

           El pasado lunes, 31 de octubre de 2011, José C. Elías, creador de la bitácora Eliax- Para Mentes Curiosas, escribió un editorial bajo el tema: “La importancia del individualismo”. Según Elías, “por naturaleza, toda persona nace siendo egoísta”. Una persona egoísta siempre desea y busca lo mejor para sí misma sin importarle las personas que lo rodean. Cuando leía estas palabras pensaba en lo incorrecto que estaba este pensamiento. Me pregunté,  ¿cómo es eso de que nacemos siendo egoístas? Sin embargo, mientras continuaba leyendo comprendí que era cierto, incluso esto ya no es una teoría sino que es un hecho comprobado por los antropólogos sociales, quienes estudian las sociedades. Las sociedades fueron creadas por el mismo ser humano para poder satisfacer sus necesidades con la ayuda de otros. Según el creador de Eliax, “Las sociedades no se formaron de manera altruista, [procurando el bien ajeno sin esperar nada a cambio], sino que estas surgieron de forma orgánica mientras cada uno cuidaba lo suyo y buscaba lo mejor para sí mismo (o su familia)”. El 98% de la humanidad, específicamente hablando de los profesionales, sin importar el campo de estudio, utilizan sus dones, habilidades y conocimientos para satisfacerse a sí mismo, no para satisfacer al prójimo. No cabe duda de que podemos deducir que la vocación de un doctor es ayudar al enfermo, pero mayormente lo hacen por el dinero que recibirán, no por el hecho satisfactorio de que ayudaron a sus pacientes. Es increíble ver “cómo debe funcionar [la sociedad] para que exista el progreso en nuestra forma de vida como especie”.

            Elías expresó que desde los comienzos de la humanidad la competencia por sobrevivir siempre ha dicho presente. Independientemente de lo que digan las distintas religiones, el ser humano, desde los cavernícolas, siempre ha tenido ese sentido de competencia, ya sea con otros o con su misma especie, que ha determinado su paso por la vida. Los victoriosos eran los que mejor se adaptaban al ambiente y por consiguiente, sobrevivían y se procreaban. Hoy día seguimos este mismo patrón. Si este sentido competitivo no existiera, nosotros tampoco existiéramos, nos hubiésemos extinguido al igual que los dinosaurios y muchas otras especies.

           Este objetivo fijo de siempre buscar lo mejor para nosotros como individuos, lleva a Elías ha comparar el Comunismo (altruismo) con el Capitalismo (egoísmo). “El Comunismo es el engaño mas grande perpetrado por la humanidad” así lo expresó Elías, mejor conocido por Eliax. Según los comunistas, el ser humano no es egoísta, por lo tanto no busca el bien individual sino el bien para su sociedad. Todo lo que produzca el individuo será para satisfacer a los integrantes de su sociedad. Al contrario del Comunismo esta el Capitalismo, el cual basa su ideal en la dura realidad que enfrentamos hoy día, “el individuo debe de prevalecer por sobre el comunismo”. Estas diferencias de ideales, han afectado y confundido a la humanidad.

           El ideal del Comunismo, a través de la historia, fue destruyendo poco a poco las sociedades comunistas del mundo. En el caso de  Rusia, esta se desintegró (no sin antes llevar a cabo un sin número de genocidios). Por otro lado, la nación de Alemania se dividió en dos, Alemania Occidental y Alemania Oriental, mientras que la parte Este, sometida al comunismo, terminó siendo un país pobre. También Elías menciona el caso entre Corea del Norte y Corea del Sur. El Norte adopto el comunismo, llevándolo a terminar en condiciones deplorables a diferencia del Sur. Por otra parte, un ejemplo de una nación capitalista lo es los Estados Unidos. En tan solo un siglo, los EEUU se ha convertido en “la nación más exitosa y poderosa del mundo, y por una sola cosa: Libertad y protección al individualismo”. La protección al individuo se llevaba a cabo (digo que se llevaba a cabo por que los EEUU constantemente se desvía de sus propios ideales) con la otorgación de patentes, la cual le permitía, en caso de los inventores, sacarle provecho a sus inventos. Esto creaba un círculo vicioso para conseguir el éxito individual beneficiando no solo al individuo sino que también a la sociedad.

           Este patrón presentado no se originó en los Estados Unidos sino a través de la historia. Inventores como Newton y Einstein, artistas como Mozart y Beethoven, filósofos como Aristóteles y Platón y escritores, ingenieros, científicos entre otros de alguna manera u otra sus trabajos contribuyeron a cambiar el mundo. Estos individuos son los responsables de cambiar el rumbo de la historia. Debido a esto, Elías se cuestionó y encontró “altamente irónico” que el Comunismo haya surgido como obra del pensamiento individualista de varias personas incluyendo a Karl Marx. Elías expresó que “el futuro de toda la humanidad yace no en pensamientos comunistas, sino en pensamientos individualistas. Los aspectos sociales que nos beneficien a todos continuarán surgiendo naturalmente, como ha sucedido a través de los siglos, como fruto del trabajo individual de cada uno de nosotros”. El egoísmo puede ser maligno al igual que puede ser benigno. Podemos concluir, que en el caso de nuestra sobrevivencia, debemos optar por ser individuos egoístas, eso sí siempre y cuando nuestro egoísmo no sea maligno y perjudique a la sociedad.

          El creador de Eliax termina su editorial dirigiéndose a la juventud de hoy día. Le recalca a los jóvenes lo importante que es ser tú mismo, ser diferente y no ser uno más de la manada. Se enfatiza en el aspecto de lo beneficioso que es, constantemente, cuestionarse así mismo y a los demás. No deben de conformarse con lo que otros les digan sino que deben de indagar más y encender la bombilla de curiosidad. “Si en el mundo no existieran personas que vieran el mundo diferente, y que se atrevieran a dar un paso más allá del último dado, aun estuviésemos saltando de rama en rama en algún árbol en medio de África” dijo Elías.

           No debemos de ser personas conformistas sino personas con mentes curiosas, en todo caso, el egoísmo nos permite ser así. En fin, el éxito del mundo depende de cómo el individuo logre manifestarse y adaptarse a los cambios culturales y sociales.